Fratelli tutti ¿Un mundo vacío? - 22/08/2021 -

Fratelli tutti ¿Un mundo vacío? (22/08/21)

 

Continuamos nuestra reflexión a partir de la carta encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco. Hoy en día, con la etiqueta de una gran novedad para los tiempos nuevos que vivimos, se intenta presentarnos un ser humano vacío, sin historia, sin proyecto.

El Papa Francisco en esta carta encíclica denuncia cómo se está disgregando y perdiendo el sentido de la historia. Se favorece un mundo sin raíces, una cultura desligada de toda base moral, ética y por supuesto religiosa. Hace unos años, a partir de las aportaciones del filósofo polaco Zygmunt Bauman, se hablaba del hombre líquido, pero actualmente casi habríamos de hablar  del hombre vacío, gasificado dicen algunos, es decir, sin contenido, sin estructura, sin esqueleto interior, fragmentado. Una persona que se rompe ante la más pequeña contradicción y por ello manipulable, fácilmente influenciable por los poderes políticos y económicos. Y así, destruyendo, desmontando todos los fundamentos que habían sido la base de una cultura, de un humanismo cristiano, se impone el mito de una libertad sin límites como vemos ahora en las recientes leyes  en nuestro país.

Nos dice el Papa: “Por eso mismo se alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más. Se advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero. Deja en pie únicamente la necesidad de consumir sin límites y la acentuación de muchas formas de individualismo sin contenidos” (n. 13). 

Así, vaciando el ser humano de bases y proyectos, sigue diciendo el Papa: “La mejor forma de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se acoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la potencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino solo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación” (15).

En  los domingos siguientes todavía seguiremos analizando las sombras de nuestro mundo, sin perder, no obstante, la esperanza de la que también nos habla el Papa y que es la que nos ayuda a vivir nuestra existencia como cristianos.

 

+ Salvador Cristau i Coll

Administrador Diocesano

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