El viernes 30 de diciembre el obispo Salvador ha convocado al clero a una jornada diocesana de reflexión y convivencia.
El encuentro se inició a las 10 de la mañana con un desayuno compartido que sirvió para saludarse y departir entre los 70 clérigos, presbíteros y diáconos, que participaron.
Seguidamente Mons. Cristau ha hecho una alocución en la que ha recordado que el clero forma un presbiterio, como una familia, y que somos servidores del pueblo de Dios, al servicio del Reino de Dios. Seguidamente ha desglosado en ocho puntos las inquietudes y preocupaciones que el clero le ha hecho llegar personalmente a lo largo de estos meses: la fraternidad sacerdotal, la integración del diaconado, el impulso evangelizador, la dimensión comunitaria de la Iglesia, la gestión del patrimonio, la necesidad de la oración, la organización de la diócesis y la dimensión caritativa y social.
A continuación el clero se ha distribuido en pequeños grupos que han reflexionado sobre el tema del presbiterado y, además, uno de los otros temas propuestos por el obispo. Después de una breve pausa ha tenido lugar la puesta en común, poniendo de manifiesto y agradeciendo especialmente la convocatoria de este encuentro así como otros temas de concreción sobre la relación entre los presbíteros y los diáconos, la necesidad del impulso evangelizador y la oración.
El obispo Salvador ha agradecido las aportaciones, que serán objeto de reflexión posterior, y en su conclusión ha recordado los elementos centrales de la Carta apostólica Novo Millenio Ineunte de San Juan Pablo II, en la que encuentra muchos elementos importantes para continuar y reavivar la misión de la Iglesia en medio de nuestra sociedad.
Finalmente, después de la oración de Hora Menor, ha tenido lugar la comida fraternal de Navidad en la que se han añadido los 18 seminaristas de la diócesis.