El título de este escrito es el mismo que el del documento colectivo de los obispos catalanes publicado el 21 de enero de 2011 que lleva este título: Al servicio de nuestro pueblo”. Pienso que en la actualidad es especialmente necesario este servicio de la Iglesia a nuestro pueblo a causa de la crisis económica tan grave que estamos sufriendo. He recordado este título también con ocasión de la Jornada de Germanor, que lleva también el nombre de “Día de la Iglesia diocesana” que celebramos este domingo y que  este año tiene como lema: “La Iglesia contribuye a crear una sociedad mejor”.

Debemos valorar y agradecer cuanto  estamos haciendo desde las comunidades parroquiales y desde las instituciones solidarias, sean civiles, sean religiosas, especialmente desde Caritas al servicio de los afectados por esta crisis. Como decíamos en el documento que he citado:”pedimos que se mantenga y crezca este trabajo caritativo, con nuevas iniciativas que promuevan la solidaridad y la justicia, i a su vez incentiven las actividades empresariales responsables con el fin de mantener y ampliar los lugares de trabajo. Todos hemos  de continuar en el camino del servicio y la entrega generosa hacia quienes más lo necesitan” (Al servicio de nuestro pueblo, n. 4,f).

Estamos celebrando los 50 años del inicio del Concilio Vaticano II. Uno de los documentos más significativos de este Concilio, en las relaciones entre la Iglesia y la sociedad, es precisamente la constitución sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, conocida y citada por las dos palabras iniciales del texto: Gaudium et Spes Dicho documento empieza con estas palabras que han llegado a ser como un manifiesto del espíritu del gran concilio ecuménico del siglo XX: “El gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres contemporáneos, sobretodo de los pobres y de cuantos sufren, son también el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los discípulos de Cristo, y no hay nada verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (GS 1).

El Concilio Vaticano II nos invitó a llegar a ser una Iglesia profundamente solidaria con el mundo. Una Iglesia solidaria y servidora de las sociedades en las que se halla presente. El mismo documento dice también que “la Iglesia percibe con agradecimiento que, tanto en su comunidad como en cada uno de sus fieles, recibe diversas ayudas por parte de hombres de toda clase y condición. Porque cuantos promueven la comunidad humana en el orden de la familia, de la cultura, de la vida económica y social, así como de la vida política, nacional o internacional, también aportan  una gran ayuda, según el designio de Dios, a la comunidad eclesial, en tanto ésta depende de factores externos” (GS 44).

Es justo, pues, que la Iglesia devuelva lo que recibe de la sociedad en un servicio a ésta. Pienso poder decir que nuestra Iglesia diocesana de Terrassa lo hace con gran esfuerzo y con generosidad. Quiero destacar sobretodo el trabajo de las instituciones solidarias de la diócesis  y el esfuerzo extraordinario que están haciendo en estos momentos de crisis económica, sobretodo el trabajo de la Caritas diocesana y de las Caritas parroquiales.

Por este motivo, este domingo, se lleva a cabo una colecta en todos los templos para pedir la ayuda de los católicos a fin de que las actividades pastorales y sociales de la Iglesia puedan disponer de los medios necesarios –también de los medios económicos- y no se queden inactivas y colapsadas. Así pues, pedimos la ayuda de todos los hijos e hijas de la Iglesia y de todas las personas que valoren el servicio que ella hace a nuestra sociedad, especialmente en este tiempo de  de crisis.

 

+ Josep Àngel Saiz meneses

Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa