El pasado día 20 de noviembre, en el Casal Borja de Sant Cugat del Vallès, celebramos el acto de presentación del nuevo Plan Pastoral de nuestra diócesis de Terrassa. Participamos casi cuatrocientas personas entre presbíteros y diáconos, religiosos y laicos de toda la diócesis, representantes de las parroquias, arciprestazgos, delegaciones y movimientos e instituciones eclesiales. También asistieron nuestros queridos seminaristas de la diócesis.
Hace tres años me dirigía a todos los diocesanos presentando el primer Plan Pastoral de nuestra diócesis, que se redactó con las aportaciones hechas desde los diferentes ámbitos de la vida diocesana y del trabajo de la comisión redactora. Fue realmente un trabajo de comunión y de corresponsabilidad que recogía un abanico amplio de reflexiones y acciones a llevar a cabo en los inicios de nuestra joven diócesis. En estos tres años podemos decir que se han llevado a la práctica buena parte de los objetivos y acciones recogidos en aquel Plan Pastoral.
Tenemos ahora un nuevo Plan Pastoral para los próximos tres años que lleva por título “Enviados a anunciar la Buena Noticia”. Este anuncio de la Buena Noticia, esta evangelización es un proceso que abarca toda la realidad humana. Consiste en llevar la Buena Noticia a todos los ambientes y en transformar la humanidad, transformando el ser humano. Su finalidad es la conversión del hombre y de la humanidad. Transformar por la fuerza del Evangelio las circunstancias del hombre: sus criterios, valores, centros de interés, líneas de pensamiento, fuentes de inspiración y también sus modelos de vida, en definitiva todo lo que conforma la vida humana, como nos recordó Pablo VI en su documento sobre la evangelización titulado “Evangelii Nuntiandi”.
Un Plan Pastoral ni puede ni ha de abarcarlo todo. Más bien indica unas prioridades. Nuestro Plan Pastoral queda estructurado en tres bloques que presentan las tres grandes acciones de la Iglesia. En primer lugar, el anuncio del Evangelio en medio del mundo, por medio de la formación de los cristianos, la pastoral familiar y el trabajo prioritario con niños, jóvenes y adultos. En segundo lugar, la comunión eclesial por medio de la Eucaristía, los demás sacramentos y la plegaria, la vida parroquial y la coordinación arciprestal y el testimonio de vida y la corresponsabilidad entre todos. Y en tercer lugar la acogida de los más necesitados por medio de Cáritas Diocesana, de la incorporación de los inmigrantes y de la atención a los enfermos en los hospitales.
Se puede constatar que se trata de dar dinamismo a las acciones básicas de la Iglesia. No es un trabajo teórico, sino un programa práctico, un programa de actuación. Por eso, cada uno de los apartados acaba con las acciones que se han de llevar a cabo y las personas y organismos encargados de coordinar su realización y de evaluar su resultado.
Agradezco el trabajo hecho por muchas personas en la preparación de este programa de trabajo para todos nosotros. Me complace también agradecer las aportaciones que, el día de la presentación, hicieron Mons. Jesús Català, obispo de Málaga y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, y Mons. Salvador Cristal, obispo auxiliar de nuestra diócesis. Animo a todos los diocesanos a trabajar para llevar a buen puerto las propuestas de este Plan compuesto entre todos y que aspira a ser realizado con la colaboración de todos.
Y me complace agradecer en especial la aportación que ya hacen los tres primeros vicarios episcopales de la diócesis, cuyos nombres se hicieron públicos el mismo día en que se presentó el Plan Pastoral. Son Mn. Joan Carles Montserrat para la zona pastoral de Collserola, Mn. Víctor Manuel Fuentecilla para la zona pastoral del Vallès Occidental y Mn. Lluís Pou para la zona pastoral del Vallès Oriental.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa