Celebra hoy la Iglesia la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Lo ha hecho ya durante 39 años, ya que esta jornada la instauró el Papa Pablo VI, siguiendo el pensamiento del Concilio Vaticano II. Este Concilio, como se recordará, aprobó un documento sobre estos medios que comienza con las palabras Inter mirifica, es decir, "entre los maravillosos inventos de la técnica"... Estas palabras, fechadas en el año 1963, podemos decir que han sido confirmadas durante estos últimos cuarenta años, con nuevos medios y nuevas posibilidades de comunicación y de información. Pensemos, por ejemplo, en la red de información conocida como internet.
El recordado Juan Pablo II todavía aprobó el mensaje para esta jornada de hoy. Lo hizo, como era su costumbre, el 24 de enero pasado, fiesta de San Francisco de Sales. Y, mirando la realidad con ojos esperanzados, nos dice en este mensaje: "Las tecnologías modernas nos ofrecen posibilidades nunca vistas antes para hacer el bien, para difundir la verdad de nuestra salvación en Jesucristo y para promover la armonía y la reconciliación".
Estos últimos días hemos sido testigos de estas posibilidades en la muerte de Juan Pablo II y en la elección de nuevo Santo Padre. No hay duda de que los medios han ayudado mucho para dar a conocer y para que fuese reconocida la misión que se impuso Juan Pablo II al servicio de la Iglesia, de la convivencia y aproximación entre las confesiones cristianas y entre las religiones de la tierra, y todo esto al servicio de la causa de la paz y de la convivencia entre los pueblos.
Otro ejemplo de la positiva influencia de los medios de comunicación social, que también menciona el Santo Padre en su mensaje, es "la capacidad para impulsar las movilizaciones de ayuda en respuesta a desastres naturales u otros", como se ha visto recientemente en respuesta al tsunami que provocó tantas víctimas.
Sin embargo, como es bien sabido, la técnica es ambivalente. Los mismos medios que pueden ayudar a la comprensión y amistad entre los pueblos y los grupos sociales, pueden alejarlos. El lema de este año nos recuerda que no nos hemos de dejar vencer por el mal, sino que hemos de vencer el mal con el bien. Un pensamiento de san Pablo (Rm 12,21), que amaba mucho Juan Pablo II y que él tenía muy presente en su espíritu, como se puede comprobar leyendo su libro, tan reciente todavía, titulado Memoria e identidad.
Con realismo, el mensaje del Santo Padre con motivo de esta jornada de hoy, nos dice que cuando en los medios "los demás son presentados en términos hostiles, se siembran semillas de conflicto que pueden fácilmente convertirse en violencia, guerra e incluso genocidio. En vez de construir la unidad y el entendimiento, los medios pueden ser usados para denigrar a los otros grupos sociales, étnicos y religiosos, fomentando el temor y el odio. Los responsables del estilo y del contenido de lo que se comunica tienen el grave deber de asegurar que esto no suceda". Todos hemos de trabajar para que esto no suceda, y los medios de la Iglesia han de dar ejemplo en este sentido y revisar sus contenidos y su estilo.
Esta jornada es también una ocasión para agradecer la ayuda que los medios de comunicación aportan a las causas buenas y en concreto a la misión de la Iglesia. Por esto acabo dando las gracias a todos aquellos medios –escritos o audiovisuales- que nos ayudan a dar a conocer la vida de nuestra joven diócesis de Terrassa. Gracias de todo corazón a todos y a todas.
+ Josep Àngel Saiz Meneses, Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa