Estos próximos días –desde hoy hasta el próximo martes- se celebra en Barcelona el 25 Encuentro Internacional de Oración por la Paz. Creo que es oportuno recordar los orígenes de esta iniciativa que estos días ya celebra su cuarto de siglo. Para recoger el testimonio del histórico encuentro de Asís que el recordado Juan Pablo II convocó el 27 de octubre de 1986, la Comunidad de Sant’Egidio, fundada y animada por un laico –el profesor de Historia en la Universidad de Roma Dr. Andrea Riccardi- ha promovido cada año desde 1987 los Encuentros Internacionales de Oración por la Paz, celebrados en diversas ciudades europeas y mediterráneas.
La ciudad de Barcelona ya acogió el año 2001 este Encuentro. Conservo muy vivo en el recuerdo mi participación en ella, tanto en el acto inaugural, celebrado en el Liceo, como en el acto final al aire libre, en la plaza de la catedral. Hago esta concreción ya que el corazón del encuentro es precisamente la ceremonia final, en la que se proclama una invitación a la paz que posteriormente firman los representantes religiosos y que se distribuye en más de 70 países del mundo.
Cada edición reúne a líderes religiosos y políticos, representantes también del mundo de la cultura del más alto nivel, a los que se les pide su aportación en una gran sesión plenaria y en diferentes mesas redondas sobre temas muy concretos. En éstas se dialoga con libertad, sin esconder los desafíos y las tensiones, pero me parece que se da un clima de esperanza y de respeto entre todos, favorecido por el llamado espíritu de Asís, debido al patrocinio de San Francisco, hermano universal de los hombres y de la naturaleza, cuya fiesta celebramos precisamente mañana lunes. Que él bendiga esta presencia del espíritu de Asís en nuestra tierra.
La primera década del siglo XXI ha quedado marcada, a partir del drama de las Torres Gemelas, por años de guerra y de violencia. Esperamos que el Encuentro de Barcelona –que abre la nueva década- ayude a encontrar, en la historia de nuestros días, un renovado compromiso a favor de la paz. Esperamos que este nuevo encuentro abra un camino de diálogo, único camino que puede conducir a la humanidad a mejorar su convivencia y a responder a los desafíos que tiene planteados en el orden de la justicia y de la paz.
El último de estos encuentros, el del año pasado, celebrado en Cracovia del 6 al 8 de setiembre, concluyó con un mensaje final titulado “El diálogo es el arte de vivir juntos”, en el que se afirma que “el mundo nunca podrá encontrar la paz sin un diálogo entre los pueblos”.
El lema escogido para el encuentro actual nos invita, en esta misma perspectiva, a elevar los ojos hacia Dios, fuente de la bondad y de la paz, en el que ponen su mirada y sus aspiraciones todos los creyentes, para pedir que bendiga con el don de la paz a sus hijos e hijas de todos los horizontes religiosos y culturales. El lema es precisamente éste: “Familia de Dios, familia de los pueblos”.
Pido a los diocesanos que quieran colaborar en este acontecimiento, con su participación si les es posible, y siempre con la oración, sea personal o comunitaria, para que Dios conceda a todos los hombres y mujeres del mundo el don maravilloso de la paz en el respeto a los derechos de las personas y de los pueblos.
+Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa