El Evangelio en las redes sociales

En estos meses estamos recordando especialmente el Concilio Vaticano II con motivo de la conmemoración de los 50 años de su inicio, en el año 1962, con un memorable discurso del Beato Juan XXIII, Papa, en el que se distanciaba de los que calificó como “profetas de calamidades”. El Concilio se caracterizó por una mirada cordial y solidaria con el mundo moderno, con sus valores y sus limitaciones.

 

Uno de los decretos de este Concilio fue el dedicado a los medios de comunicación social, que lleva como título las palabras latinas con que se iniciaba el documento: Inter mirifica. Transcribo el primer párrafo: “Entre los maravillosos inventos de la técnica que, sobre todo en estos tiempos, el ingenio humano, con la ayuda de Dios, ha extraído de las cosas creadas, la madre Iglesia acoge y fomenta aquellos que atañen al espíritu humano y que han abierto nuevos caminos para comunicar con extraordinaria facilidad noticias, ideas y doctrinas de todo tipo”.

 

Este párrafo, escrito hace 50 años, es de una gran actualidad, ya que entre los inventos de la técnica se han añadido las enormes posibilidades de información y comunicación ofrecidas por las nuevas tecnologías. El Concilio Vaticano II elaboró un decreto sobre la comunicación y lo hizo con una mirada positiva, aunque era muy consciente de que, como todas las realidades de este mundo, se pueden usar para el bien y también para el mal; que pueden liberar al hombre, pero también esclavizarlo. La mirada cristiana ha de ser realista y, al mismo tiempo, positiva y esperanzada.

He pensado todo esto con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que la Iglesia católica, desde el Concilio Vaticano II, celebra en esta festividad de la Ascensión del Señor. Y lo he pensado especialmente al leer el mensaje que, como es costumbre, publicó el Papa ahora emérito, Benedicto XVI, el 24 del pasado mes de enero, día de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas y de cuantos trabajan en el mundo de la comunicación.

El lema de la actual jornada es “Las redes sociales: portales de verdad y de fe y nuevos espacios para la evangelización”. Las redes sociales, en efecto, son el tema sobre el que reflexiona Benedicto XVI. Su mirada es muy positiva y esperanzada, como cuando dice: “Las redes sociales alimentan aspiraciones muy arraigadas en el corazón del hombre”. Una mirada positiva también cuando sostiene que “el ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cuotidiana de muchas personas, en especial de los más jóvenes. Las redes sociales son el fruto de la interacción humana, pero también dan nuevas formas a las dinámicas de la comunicación, que crea unas nuevas relaciones. Por tanto, una comprensión atenta de este ambiente es la condición necesaria para una presencia significativa dentro de él”.

He aquí, pues, lo que nos pide la Iglesia. El mensaje de la próxima jornada ya será tarea del nuevo Papa Francisco. Esforcémonos por comprender las dinámicas y los procesos del mundo digital. Con aquel espíritu de comprensión y cordial sintonía del que dio ejemplo el Vaticano II. Y si algunos abusan de estas técnicas o las utilizan para el mal, los cristianos, junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, estamos llamados a utilizarlas para el bien. También para hablar de Jesucristo, de su Evangelio y de la fe, y para rezar a Dios, nuestro Padre.

 

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa  

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa