Este mes de septiembre hemos vivido un acontecimiento que ha sido un motivo de gozo para toda la Iglesia catalana: la beatificación del Dr. Pere Tarrés i Claret, una figura muy estimada aquí, como lo demuestra el hecho de que nunca faltan luces ni flores en su sepulcro conservado en la iglesia de san Vicenç de Sarrià.
A quien conozca o quien se acerque ahora a la vida del Dr. Tarrés, puede comprender que vivió su fe cristiana en un tiempo nada fácil, en un tiempo incluso dramático para los cristianos de nuestro país. Una herramienta muy valiosa para acercarse a las verdaderas vivencias cristianas del beato Pere Tarrés son sus diarios, que han sido todos ellos publicados y nos acercan a su alma. Fue providencial que Pere Tarrés, siguiendo el consejo del P. Serra, del Oratorio de San Felipe Neri, escribiera sus vivencias más íntimas, lo que nos permite acercarnos a su alma. Me refiero al Diari de guerra y a Diari de temps de persecució, Diari de Seminari y Diari de malaltia, recogidos, los tres últimos, en el volumen Diaris íntims (Barcelona 2000).
También nosotros, en este inicio de milenio y en estos tiempos de secularidad -que a veces llegan a actitudes de laicismo y de marginación de la religión- encontramos dificultades en la vivencia y en el testimonio -personal y comunitario- de nuestra fe cristiana. Pere Tarrés, médico, apóstol seglar y sacerdote puede ser un modelo para nosotros. Éste me parece que es sobre todo el mensaje de su beatificación. El Dr. Pere Tarrés vivió con una gran coherencia cristiana diversas vocaciones: fue un estudiante consciente; fue un profesional de la medicina, acreditado y muy querido por sus compañeros de profesión y por sus pacientes; fue un gran apóstol seglar, y es bien significativo que haya sido elevado a los altares en un gran encuentro de los movimientos de Acción Católica. Por último, por pocos años pero vividos con una intensidad heroica, fue un sacerdote lleno de celo, dedicado sobre todo a la evangelización de la juventud masculina y femenina -especialmente con su incansable acción como vicepresidente de la Federació de Joves Cristians de Catalunya- y a la acción social de la Iglesia hacia los enfermos y los pobres.
Para todas las diócesis catalanas, y sobre todo para nuestra joven diócesis de Terrassa, la beatificación del Dr. Tarrés es una invitación a ir al fondo del mensaje que él nos da: vivir una donación a Cristo hasta las últimas consecuencias, no como una huida de nuestros compromisos en el mundo, sino como una invitación al compromiso en todas las dimensiones de la fe: "Cristo se ha dado y ha sufrido; yo me tengo que dar y sufrir", decía Tarrés.
Siempre recordaremos que Tarrés fue beatificado el mismo año que nació nuestra diócesis. Que él interceda desde el cielo para que en nuestro obispado y en general en todas las actividades de la pastoral de la juventud -que la Iglesia ha querido encomendarme en el ámbito de todo el Estado- no nos falte nunca aquel impulso de amor a Cristo que fue el núcleo de toda la vida del Dr. Pere Tarrés.
+ Josep Àngel Saiz Meneses ,Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa