El servicio de la Iglesia a nuestro pueblo

            Este domingo coincide con la Diada nacional de Catalunya. En este día me parece oportuno recordar el principal objetivo del último documento de los obispos de las diócesis con sede en Cataluña. Me refiero al texto titulado “Al servei del nostre poble”, publicado el 21 del pasado mes de enero, en la fiesta de los santos mártires de Tarragona, San Fructuoso, obispo, y sus diáconos, San Augurio y San Eulogio. Los tres murieron por el fuego en el anfiteatro de Tarragona en el año 259. Son los más antiguos mártires cristianos de los que se conserva noticia en la Península Ibérica.

     Escoger ese día y esos patronos tiene sin duda su sentido. Se trata de asumir una tradición y de actualizarla, de comprometernos a llevarla a cabo según las exigencias de nuestro tiempo. La tradición que queremos asumir es la de la presencia de la fe cristiana en la configuración de Catalunya, de su historia y de su cultura e idiosincrasia. A pesar de limitaciones humanas, y de las deficiencias humanas, la fe cristiana ha estado presente y activa en la nuestra historia. Los obispos hemos intentado ser realistas en esta declaración nuestra. Por ello, constatamos que “parece imponerse un nuevo clima cultural, en el que Dios desaparece del horizonte del hombre, que intenta convertirse en el centro de todo”.

     Frente a esto, nuestra posición es clara, cuando decimos que “como pastores de la Iglesia, manifestamos nuestro profundo amor al país y nos ponemos a su servicio porque sentimos la urgencia de anunciarle la persona de Jesucristo y su Reino, que son para nosotros el mayor tesoro que tenemos”. No sorprenderá al lector que uno de los términos más presentes en todo el documento sea el de “evangelización”. Es verdad que en nuestra sociedad todavía están presentes los valores cristianos heredados. Pero estos valores difícilmente se podrán sostener por la inercia social, si no se reaviva la síntesis fecunda entre fe y cultura, que ha empapado nuestra sociedad.

     Este documento es sobre todo un compromiso; es reconocer que la Iglesia existe en el mundo para ser signo de Cristo –sacramento de Cristo, dijo el Concilio Vaticano II-, un signo no meramente arqueológico, sino el signo de una presencia viva y actuante. La Iglesia existe para evangelizar. Y este es nuestro compromiso, como Iglesia católica, ante la sociedad catalana actual.

       El documento desea, además, situarse en continuidad con una tradición más cercana. Se han cumplido los veinticinco años de la fecha en que nuestros predecesores, los obispos de Catalunya, publicaron el documento colectivo titulado “Arrels cristianes de Catalunya”. Y esta conmemoración nos ha parecido que era una buena ocasión para reafirmar la validez y la actualidad de aquel mensaje. Al hacerlo, somos conscientes de que también hoy, como entonces, hemos de revisar si somos suficientemente generosos y creativos  para lograr una presencia activa y comunicativa de nuestra fe, respetando siempre la libertad de las personas y el pluralismo de nuestra sociedad.

     Como signo de continuidad con nuestros predecesores, en la edición preparada por los obispos, al reciente documento “Al servei del nostre poble” hemos añadido el texto del otro documento “Arrels cristianes de Catalunya”. Esto expresa nuestro deseo de ratificar aquel documento y de comprometernos a vivir lo que en él se proponía de acuerdo con los retos y exigencias de esta sociedad nuestra. Animo a todos cuantos me lean o me escuchen a leer y a meditar ambos documentos para estar en comunión con el servicio que la Iglesia desea prestar a nuestro pueblo.

     + Josep Àngel Saiz Meneses

     Obispo de Terrassa  

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa