Celebramos un año más el Día de la Iglesia Diocesana, conocido entre nosotros como la “Diada de Germanor”. Hoy recordamos que la Iglesia participa de la misión de Jesús por medio del ministerio de la palabra, la celebración de los misterios de la fe y también la acción caritativa y social. Para llevar a término dicha misión, la Iglesia tiene también necesidad de recursos materiales que deben estar siempre en función de la acción pastoral. En esta carta dominical quiero compartir con vosotros un hecho reciente de esta acción pastoral diocesana: la bendición de las instalaciones de la empresa de reinserción social de Cáritas el pasado jueves día 13 de octubre, la nave APASOMI de la Empresa FAMATEL de Lliçà de Vall. El nombre significa “Venga, vamos” en catalán.
Las empresas de inserción son estructuras empresariales que nacen como instrumentos para luchar contra la pobreza y la exclusión social. Son iniciativas que combinan la dinámica empresarial con metodologías de inserción laboral. No están al margen de los procesos convencionales de la economía, ya que producen bienes y servicios. La finalidad principal es incorporar al mercado laboral personas en riesgo o situación de exclusión social, proporcionándoles en primer lugar cierta estabilidad económica a través de un trabajo remunerado así como un itinerario personalizado que reúne formación y acompañamiento para mejorar sus condiciones de trabajo y facilitarles el acceso al mercado laboral ordinario.
La inserción laboral es una prioridad para Cáritas y la desarrollamos desde diferentes ámbitos: a través del trabajo en las diferentes zonas pastorales, desde las bolsas de trabajo de distintas parroquias, mediante el programa “Incorpora” de la Obra Social de “la Caixa”, con los cursos de formación especializados y los módulos de orientación laboral y, desde hace un año, a través de APASOMI, S.L.U., la empresa de inserción laboral de Cáritas Diocesana de Terrassa.
La alta tasa de parados, el aumento progresivo de los contratos temporales y a tiempo parcial, la reducción media de los salarios, etc., nos dibujan un mercado laboral caracterizado por la precariedad laboral y nos muestran una crisis que, lejos de ser coyuntural, es estructural y sistemática Aunque las últimas cifras macroeconómicas hablan de una mejoría en la ocupación, las personas que se atiendes desde Cáritas presentan una situación de pobreza más profunda y crónica, con muchas dificultades para encontrar un trabajo principalmente por una baja o casi nula formación. Por ello iniciamos un proceso de acogida y acompañamiento. Debemos despertar todo su potencial y ayudarles a adquirir aquellas competencias y habilidades que les permitan incorporarse al mercado laboral.
No es nada fácil este trabajo. Es un proceso que empieza con la acogida individual y grupal, la orientación laboral, continúa con la formación ocupacional profesional y después con la intermediación laboral para que puedan encontrar un trabajo digno. Desde Cáritas trabajamos en las líneas antes mencionadas, y ahora sobre todo con la empresa de inserción laboral APASOMI, pensada también como un espacio de aprendizaje temporal. En ella se llevan a término actividades productivas y actividades de acompañamiento a la inserción. En la acción pastoral de la Iglesia, el ministerio de la palabra, la celebración de la fe y el ejercicio de la caridad son inseparables y forman parte de su naturaleza profunda. Hoy quiero recordaros una vez más que para seguir llevando adelante este mandato de Jesús, necesitamos la colaboración de todos y cada uno de los diocesanos.
+ Josep Ángel Saiz Meneses Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa