La Iglesia celebra este domingo la Jornada Mundial de las Migraciones. Se trata de una jornada promovida por el Papa que cada año la presenta publicando un mensaje. Con motivo de esta jornada, quisiera recordar aquello que dice nuestro Plan Pastoral Diocesano para los próximos tres años, hasta el 2013, titulado “Enviados a anunciar la Buena Noticia”.
Uno de los capítulos del Plan se titula precisamente así: “La integración de los inmigrantes en las comunidades parroquiales”. Reconoce que la nueva situación del fenómeno de la inmigración llega a ser un reto para nuestras comunidades cristianas y, a la vez, una llamada a renovar la acogida propia de la vida cristiana en general. Una acogida, así se reconoce en el documento, no exenta de dificultades porque comporta la capacidad de saber integrar, y por eso valorar positivamente las aportaciones que los inmigrantes puedan hacer, y respetar sus peculiaridades. “Ha de evitarse – se afirma textualmente- cualquier actitud de menosprecio de los demás”.
La celebración de los sacramentos en general y de la Eucaristía en particular llega a ser en muchas ocasiones espacio idóneo para acoger e integrar a los inmigrantes católicos, cada vez más numerosos en nuestras poblaciones.
Además de la celebración de los sacramentos que piden los inmigrantes católicos, el plan Pastoral indica también que “se ha de promover la integración por medio de la valoración de las fiestas propias, la combinación de las diversas lenguas para ayudar así a la expresión de la fe, que no conoce fronteras. Por otro lado es importante valorar sus tradiciones y actos de devoción, que muchas veces ayudan al acercamiento y, en definitiva, a la integración de forma natural en la vida celebrativa de nuestras comunidades parroquiales”. Indica también un aspecto operativo al decir que “conviene, por nuestra parte, propiciar que vayan asumiendo responsabilidades en la vida de la propia comunidad parroquial (por ejemplo como catequistas, en el consejo pastoral, en Cáritas, etc.”.
No partimos de cero en estos propósitos. Esta tradición de integración honora a nuestra Iglesia y a nuestras parroquias, que han sido y son factores muy vivos de integración. Los obispos de las diócesis con sede en Cataluña hicieron referencia elogiosa a esta tradición en el documento colectivo Raíces cristianas de Cataluña, publicado el año 1985, ahora hace veinticinco años, y citado en nuestro Plan Pastoral. Quizás antes la integración era más fácil, cuando los inmigrantes eran más cercanos a nuestra cultura y a nuestras tradiciones. Ahora el reto es mayor porque también lo son las dificultades para lograrla. Pero nuestro Plan Pastoral hace honor a esta realidad al afirmar que la integración de los inmigrantes “de hecho, es un proceso que se va realizando en la mayoría de nuestras comunidades y que se ha de potenciar”.
Y recordemos, para acabar, algunas de las acciones que se proponen en este punto. A los párrocos y a los consejos pastorales se les pide entrar en contacto con los diferentes colectivos de inmigrantes presentes en el territorio parroquial, propiciar en sus parroquias ámbitos para su expresión de la fe y promover su integración tanto en las celebraciones religiosas como en los otros aspectos de la vida parroquial.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa