La fe y el amor son inseparables

He dicho en diversas ocasiones que el Año de la Fe que estamos celebrando tiene, sobre todo en nuestra diócesis, estos tres objetivos: revitalizar la fe, intensificar la caridad y promover la nueva evangelización. Hoy

deseo referirme al segundo de ellos: la caridad, el amor cristiano, lo que la Biblia llama con la palabra griega ágape, que en el Nuevo Testamento designa el amor de Dios a los hombres y, como consecuencia, la caridad fraterna de los hombres entre sí en cuanto ésta es don de Dios.

El Papa Benedicto XVI desea que el Año de la Fe sea también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad. Y aporta dos textos en apoyo de esta afirmación. El primero es el de San Pablo en la carta a los cristianos de Corinto: “Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad” (1Co, 13,13). El segundo es de la carta del apóstol Santiago que dice: “De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe?  Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: ‘Id en paz, abrigaos y saciaos’, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no se tienen obras está muerta por dentro. Pero alguno dirá: ‘Tú tienes fe y yo tengo obras; muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe’ (St 2, 14-18).

Todos sabéis que estoy realizando la visita pastoral a diversos arciprestazgos de nuestra diócesis. Desde esta comunicación os quiero manifestar la impresión que he tenido al tomar contacto y acercarme a muchas personas y obras cristianas: que se trabaja mucho y se trabaja bien. Sea dicho en honor de nuestros cristianos y cristianas. Y no para la autocomplacencia sino para animar a todos a seguir trabajando.

“La fe y el amor se necesitan mutuamente - nos dice Benedicto XVI- de modo que uno permite a la otra seguir su camino” (Porta fidei n. 14). Como decía Pablo VI, la Iglesia ha de ser ante todo experta en humanidad y hacer posible –con obras y no sólo con palabras- la civilización del amor y de la vida

Un autor que he citado en diversas ocasiones, el médico humanista Víctor Frankl afirma: “Cuando hay un ‘por qué’ todos los ‘cómos’ se resuelven”. El por qué, en este caso, es la misión que tiene la Iglesia de acompañar a los hombres de hoy en el acceso y la comunión con Dios. Es su vocación vertical. Pero también ha de hacer posible la dimensión horizontal de su vocación: que todos nos sintamos en comunión y fraternidad. Ha de crear comunión y fraternidad en este mundo complejo en que nos ha tocado vivir.

Creo que una fe acompañada de obras de solidaridad con los más pobres y necesitados del mundo y de nuestra sociedad concreta será un reclamo para llevar los hombres de hoy a Dios.

 

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa