La jornada de GERMANOR y nuestras necesidades

El Gobierno y la Conferencia Episcopal Española han llegado a un acuerdo histórico. El porcentaje de deducción del impuesto que se paga en concepto de la renta de las personas físicas a favor de la Iglesia católica, pasa del 0'52 al 0'70 por ciento, y como contrapartida, se exige a la Iglesia el pago del impuesto del IVA. Se trata de una buena noticia porque se supera la incertidumbre que se producía en los últimos tiempos debido a declaraciones de algunos políticos respecto al hecho de la autofinanciación de la Iglesia y sobre todo porque se mantiene el sistema mediante el cual el Estado permite que se vehicule la participación de los ciudadanos en orden a la financiación de la Iglesia. De todas formas, con esta aportación no se resuelven las necesidades de financiación de la Iglesia en España. Lo que se recauda por esta vía viene a suponer un 30 por ciento de lo que se necesita para satisfacer las necesidades pastorales, ya sea en su nivel estructural como en sus proyectos. Por eso, además de esta vía que nos facilita la administración, es necesaria la colaboración  por parte de los fieles para poder seguir ofreciendo el servicio de la Palabra, de los sacramentos, y de la acción caritativa y social, tres dimensiones más necesarias que nunca en el mundo de hoy. Pero en nuestra diócesis hay otras noticias más importantes, que conviene recordar en esta Jornada de Germanor del año 2006. El día 29 de junio se erigía canónicamente el Seminario Mayor Diocesano. El 16 de octubre tuvimos la celebración de la santa misa solemne de inauguración.  En tiempos de sequía vocacional es arriesgado abrir un Seminario. Ciertamente, somos conscientes de nuestra pobreza, de nuestra debilidad y de las dificultades actuales. Por esto ponemos la confianza en Dios, que conoce el corazón de los hombres, y ponemos también la confianza en los hermanos, en la plegaria de muchas personas, en el sacrificio ofrecido por los enfermos, en la colaboración de todos, porque, como el mismo Concilio Vaticano II subrayaba,  en el decreto sobre la formación sacerdotal "Optatam Totius" (cf. N.5), el Seminario es el corazón de la diócesis. En tiempos de sequía vocacional, nuestra opción no ha de ser replegarnos y buscar refugio en las lamentaciones, sino remar mar adentro con confianza. También hemos de construir la curia diocesana, y algunas parroquias nuevas en ciudades que están creciendo velozmente en los últimos tiempos. Una palabra sobre la curia. La curia es el conjunto de organismos que colaboran con el obispo en el gobierno de la diócesis, según nos explica el derecho canónico. Este conjunto de organismos se ubica en un edificio que también recibe el nombre de curia, u obispado, o casa de la Iglesia. Estos organismos están al servicio de la diócesis. Si el Seminario es como el corazón de la diócesis, la curia viene a ser el centro neurálgico. Es importante que podamos disponer de unas instalaciones austeras, pero que sean suficientes para ubicar los diferentes servicios diocesanos, así como las delegaciones. ¿Hemos de esperar a tener todos los recursos materiales, o nos ponemos en marcha y propiciamos la llegada de los mismos? Todas las obras de Iglesia, a lo largo de la historia, se han caracterizado por la confianza en la Providencia, lo cual no excluye el trabajo, la sensatez y la inteligencia. Creemos que, a lo largo de este curso, ha llegado el momento de comenzar las obras de la curia y de al menos una parroquia nueva. Para ello, como obispo diocesano, pongo toda mi confianza en la ayuda del Señor, y en la colaboración de todos los fieles de esta nuestra  diócesis. No tengamos miedo y seamos generosos, con la certeza de que el Señor nunca se deja ganar en generosidad.  Que Dios os bendiga. +Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa