La Peregrinación Europea de Jóvenes a Compostela
Los jóvenes no podían faltar en el actual Año Santo Jacobeo, que se celebra todos los años que la fiesta del Apóstol Santiago cae en domingo, como este año. Escribo estas líneas pensando en todos los cristianos, pero de una manera especial pensando en los jóvenes, ya que la pastoral de los jóvenes es la tarea que se me ha confiado en el seno de la Conferencia Episcopal Española. También pienso en la joven diócesis -tan joven que acaba de nacer- que me ha sido confiada.
Ponerse en camino, hacer una peregrinación tiene mucho de aventura humana y también de aventura espiritual. Es natural, por eso mismo, que los jóvenes sean los más asiduos caminantes del camino de Santiago, aunque tampoco faltan adultos.
Las diócesis de nuestro país han promovido una Peregrinación de Jóvenes a Santiago, que será la preparación inmediata de la Peregrinación Europea de Jóvenes, prevista del día 5 al 8 de agosto en Santiago de Compostela. Se ha escogido como lema de esta Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ-2004) las palabras: "Testigos de Cristo para una Europa de la esperanza". Por lo tanto, el trasfondo de la peregrinación es vivir esta esperanza a la que convoca el Santo Padre a los cristianos europeos, especialmente en la exhortación apostólica Ecclesia in Europa, en que resulta muy significativo que la palabra más citada sea precisamente esperanza.
Sin esperanza, en efecto, no se puede empezar ningún camino, ni en la vida ni en la espiritualidad. Es la esperanza la que nos mueve a ponernos en camino pensando que podemos ser mejores, que el esfuerzo de la peregrinación exterior puede ser la expresión de un esfuerzo por avanzar también en nuestra peregrinación interior cuando llegamos a la meta.
Todos tenemos que hacer camino; todos estamos llamados a ponernos en camino, en el cuerpo o en el espíritu. Por eso, hemos de estar atentos a dos posibles dificultades. Ni tenemos que quedarnos bloqueados por las dificultades del camino, ni nos tenemos que detener por los encantos de éste.
Este camino lo tenemos que hacer con dos características. La primera es que hemos de avanzar ligeros de equipaje, porque peregrinar es ir a lo esencial, dejando muchas cosas como lo que son, cosas secundarias. La segunda es que nuestra peregrinación cristiana la tenemos que hacer en comunidad, en familia de fe, en Iglesia. Con este espíritu nos ponemos en camino hacia Santiago y hacia los retos que nos esperan en nuestro futuro inmediato como Iglesia.
+ Josep Àngel Saiz Meneses, obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa