El lema de esta jornada es: "La infancia y los medios de comunicación social: un reto para la educación". Desde luego es un reto para los padres, para los profesores y educadores y para la misma Iglesia y toda la sociedad.
Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías influyen fuertemente en la vida de nuestros niños y jóvenes. Ellos se mueven con soltura -cosa que a los mayores nos sorprende - en este ámbito; sirva como ejemplo el hecho de que usan de manera generalizada el teléfono móvil, hecho impensable pocos años atrás. Educar a la infancia para que haga un buen uso de esos medios es responsabilidad de los padres, de la escuela, y la misma Iglesia ha de aportar su colaboración, en especial por medio de sus centros e instituciones educativas, tanto las de ámbito escolar como las de formación en el tiempo libre. Éstas últimas tienen aquí una tarea nueva, llena de retos, pero también de posibilidades.
"La educación para el recto uso de los medios ha de ser positiva", dice Benedicto XVI en el mensaje que ha publicado para esta jornada. Realmente, esta educación ha de ayudar a descubrir las enormes posibilidades de comunicación de las nuevas tecnologías y su capacidad de superar la temida pasividad en la recepción de los mensajes de los medios de masas. Pero también ha de ser crítica; es decir, ha de tener en cuenta que la realidad que los medios nos ofrecen es una realidad selectiva y maquillada, y que para muchas personas la realidad corresponde a lo que los medios definen como tal. Su realismo es más aparente que real. De ahí la necesidad de una actitud lúcida, precavida y, en suma, crítica.
El Papa, en el mensaje que he citado, se refiere a los responsables de la "industria de los medios". No podemos pensar que no sean conscientes de la repercusión de sus productos en la educación o deseducación de la infancia y de la juventud. Sin embargo, la competencia comercial impone a veces bajar los niveles éticos, estéticos y morales, lo que constituye a menudo una agresión a los derechos de las familias y de la infancia y la juventud. Dice el Papa en su mensaje que "toda tendencia a producir programas, incluso en películas de animación y videojuegos, que exalten la violencia y trivializen la sexualidad humana, es perversión; y mucho más cuando se trata de programas dirigidos a niños y adolescentes". Por desgracia, la realidad actual no nos permite ser optimistas sobre los resultados prácticos de las normas que los medios de masas, en especial la televisión, se han dado a sí mismos, pero que no se suelen cumplir, sobre la debida protección de los derechos de la juventud y de la infancia.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa