La asamblea del Sínodo especial para los obispos de Oriente Medio inicia hoy sus trabajos en Roma. Se prolongará hasta el 24 de octubre tratando este tema: “La Iglesia católica en el Oriente Medio: comunión y testimonio”. La asamblea se inspira en esta cita del libro de los Hechos de los Apóstoles: “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma” (Hc 4,32).
Benedicto XVI anunció esta asamblea especial el 19 de setiembre del año pasado, en una reunión celebrada en Castelgandolfo con los patriarcas y los arzobispos mayores de las Iglesias orientales unidas a Roma. En la reunión estaban presentes los representantes de diez ritos y acompañaban al Papa su secretario de estado, cardenal Tarsicio Bertone, y el cardenal Leonardo Sandra, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Hemos de remarcar que estas Iglesias ya tienen una estructura sinodal propia; esto es, una manera comunitaria de tomar las decisiones que afectan a la vida de sus comunidades. Es lo que se llama la “sinodalidad”, palabra que significa “hacer camino juntos”.
Es muy significativo este texto pronunciado por Benedicto XVI en esta reunión de Castelgandolfo: “En lo referente a mi persona, considero que es mi deber particular el promover esta sinodalidad, tan valorada en la eclesiología oriental y saludada con agradecimiento por el Concilio Vaticano II”. El santo Padre dijo también que comparte plenamente el aprecio que el Vaticano II expresó hacia estas Iglesias en su decreto sobre las Iglesias Orientales, aprecio que Juan Pablo II reafirmó de modo especial en la exhortación apostólica Orientale lumen, del año 1995.
El santo Padre indicó que el horizonte ecuménico, en estas comunidades, a menudo queda muy vinculado al horizonte interreligioso y añadió unas palabras de gran relieve, por haber sido pronunciadas por un Papa teólogo como es Benedicto XVI: “En estos dos ámbitos, es toda la Iglesia la que tiene necesidad de la experiencia de coexistencia que vuestras Iglesias fueron madurando durante el primer milenio cristiano”.
Los fieles de las Iglesias ahora reunidas en Roma están presentes en Tierra Santa (Israel, Palestina, Jordania), pero también en Egipto, Líbano, Siria, Irak, Turquía, Armenia, Rumanía, Ucrania, y en la India. Así como también en las comunidades de una diáspora presente en la actualidad por todos los continentes a causa de una fuerte inmigración.
Se trata de unas Iglesias minoritarias en sus países, que en el curso de los siglos han dado prueba de una gran fidelidad al sucesor de San Pedro y, a la vez, han conservado su gran aprecio hacia las tradiciones litúrgicas orientales.
En los países de Oriente Medio estas Iglesias viven unas relaciones no fáciles tanto con sus hermanos cristianos de las Iglesias orientales ortodoxas como con los seguidores del Islam. En las comunidades de la diáspora (Estados Unidos, Canadá, Australia, Brasil, etc.) viven el impacto de la secularización y el peligro de la pérdida de su propia identidad.
Pero el gran problema que les acongoja es el de la paz, en especial en Tierra Santa. A menudo se han hecho llamadas a las Iglesias de los países occidentales a vivir la solidaridad con estos hermanos nuestros de las Iglesias de Oriente. El Sínodo que hoy empieza es para todos nosotros una invitación a vivir la catolicidad de la Iglesia y a rezar por estos hermanos cristianos que viven en situaciones difíciles.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa