Seis nuevos sacerdotes para la diócesis

ESCUDO EPISCOPAL SAIZ

Se celebra hoy el Domingo Mundial de la Propagación de la Fe, resumido en la palabra “Domund”. Es la principal de las jornadas misionales de todo el año. Promueven esta jornada las Obras Misionales Pontificias y su finalidad es espiritual y material: orar por los misioneros y misioneras y ayudar a sus obras con los recursos económicos que se recaudan en la colecta que se efectúa hoy en todos los templos. A la vez, hoy es un día de fiesta grande para nuestra diócesis porque impondré las manos a seis diáconos de  nuestro Seminario Diocesano que recibirán la ordenación presbiteral: Walter Cifuentes, Arturo Fabregat, Guillem López, Andrés Ramírez, Hernán Urdaneta y Agustín Villalba.

Este año el Domund tiene como lema “Misioneros de la misericordia”, en sintonía con el Año Santo de la Misericordia que comenzará el próximo 8 de diciembre. También coincide con el Sínodo dedicado a la familia. Y el Papa presidirá hoy la canonización de una española: María Isabel Salvat Romero, que en religión adoptó el nombre de María de la Purísima, o María de la Inmaculada Concepción. Fue la superiora general de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, muy queridas sobre todo en Andalucía, donde vienen a ser como las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta en el cuidado de los pobres y de los enfermos. De María Isabel se dice que, a pesar de ser superiora general, quería realizar los trabajos más humildes. Su ideal era trabajar sin figurar, fomentando un clima de confianza y serenidad.

Junto con esta canonización, el Papa procederá a tres beatificaciones: el sacerdote diocesano italiano Vincenzo Grossi, fundador del instituto religioso de las Hijas del Oratorio (1845-1917) y también  un matrimonio, el que formaron Luis Martín y Celia Guérin, franceses y padres de Santa Teresa del Niño Jesús. Quienes hayan leído la Historia de un alma, escrita por la santa de Lisieux ya conocen a sus padres, de los que la santa habla con frecuencia en su obra. Un matrimonio cristiano, sencillamente heroico en el conjunto de su vida. El padre había trabajado como relojero y joyero. La madre dirigía una pequeña artesanía de encajes de Alençon, ciudad donde nacieron los hijos. Era una familia  de clase media de finales del siglo XIX con nueve hijos.

Volvamos al Domund y a las ordenaciones presbiterales de hoy. Recordemos que la familia es el primer ámbito de la transmisión de la fe y también es el primer ámbito para descubrir la propia vocación. Por ello debemos  potenciar la cultura de la vida y también la cultura de la vocación, para que los matrimonios acojan generosamente el don de la vida y valoren la vocación sacerdotal de un hijo como el más gran regalo del Señor. Esta llamada es signo inequívoco de la bendición de Dios sobre aquella familia. Los padres están llamados a educar a sus hijos en la fe y en la disponibilidad y seguimiento de la voluntad de Dios. De esta manera les ayudan a crecer como personas y como creyentes, a encontrar la felicidad y la alegría. Así, la familia viene a ser  como un primer seminario donde pueden germinar las semillas de vocación. Que el Señor nos conceda por intercesión de María  las vocaciones que nuestras diócesis necesitan.

 + Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa