TAMBIÉN EN MEDIO DE LA NOCHE CRECE LA HIERBA

En estos escritos semanales previos al inicio del curso pastoral -nuestro primer curso como diócesis- querría repasar algunos factores que nos pueden ayudar en esta primera etapa de nuestro camino como Iglesia particular. Elementos que son como la mochila para el camino que tenemos que hacer, al menos para las primeras etapas. No seamos demasiados ambiciosos. Al empezar un camino, no se pueden prever todos los recovecos; hay que empezar paso a paso; un solo paso es suficiente para mí, nos han dicho algunos santos. Y haremos bien de escuchar este sabio consejo. Sin embargo, sin la esperanza de llegar, sin la confianza de cumplir con sentido una ruta, resulta muy difícil ponerse en camino. Por eso, en esta comunicación querría decir que en nuestra mochila no puede faltar la esperanza. Dicho negativamente, no podemos empezar con sentimientos de desilusión y desesperanza. Cuando se recuerdan estas cosas tan fundamentales en la vida cristiana, siempre hay un peligro: que nos digan que somos poco realistas, que no tenemos conciencia de la situación, que queremos esconder las dificultades o incluso la debilidad institucional de la Iglesia. La Iglesia está en medio del mundo y de la historia para anunciar y para hacer presente a Cristo. Por eso, como dijo Paz VI, "la Iglesia necesita vivir un perenne Pentecostés", llena de confianza en la fuerza y en la acción del Espíritu Santo en el mundo y en la misma Iglesia. Y este Espíritu es el que suscita en la Iglesia -también en nuestra joven diócesis- nuevos signos de vitalidad, nuevas manifestaciones de santidad, nuevas iniciativas misioneras, aquí y en los países llamados de misión, aunque hoy ya todos los países pueden ser llamados países de misión. Nuestra esperanza no radica en las muchas palabras, ni en el prestigio institucional, ni en el proteccionismo de los poderes del mundo... La fuerza de la Iglesia es compatible con su fragilidad humana, porque cada día tiene menos poder humano, a pesar de lo que a veces se pueda decir en este sentido. Pero es en medio de esta fragilidad que el Espíritu lleva muchas semillas nuevas a una maduración creciente. En resumidas cuentas, empezar el curso con una buena dosis de esperanza en la mochila del camino es tener una profunda convicción que alguien ha expresado con una bella imagen: "También en medio de la noche crece la hierba." + Josep Àngel Saiz Meneses, obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa