Escribo estas líneas teniendo delante el cartel del Día de la Iglesia Diocesana, conocido entre nosotros como la jornada de “Germanor”, que celebramos este domingo de mediados de noviembre. El cartel ofrece la imagen de personas de distintas edades que, en un primer plano, conversan ante una iglesia. Se puede suponer que es a la salida de la celebración de la misa del domingo. Y la inscripción del cartel dice así: “Somos parte de una Iglesia que acompaña y ayuda”. Y con un tipo de letra más pequeña hace esta invitación: “Participa”.
Esta es la invitación que hago a todos los diocesanos en esta jornada, que es en todo el año el único día que lo dedicamos a pedir ayuda económica para las necesidades de nuestra diócesis. No es agradable pedir dinero, pero la acción de la Iglesia necesita unos recursos. La Iglesia acompaña con sus numerosas actividades pastorales, la celebración de los sacramentos, la catequesis de adultos y de niños, la atención a los enfermos y a las personas mayores. La Iglesia ayuda sobre todo con su acción caritativa y social, una acción siempre necesaria, pero especialmente urgente en los momentos actuales de crisis económica. En mis visitas a las parroquias de nuestra diócesis tengo ocasión de ver el esfuerzo especial que hacen las Cáritas parroquiales.
Puedo también dar testimonio de la generosidad y la disponibilidad que he encontrado en estos cinco años de historia de la joven diócesis egarense. Gracias a muchas personas e instituciones, la diócesis naciente ha podido comenzar su camino. Como he dicho con motivo de nuestro quinto aniversario, hemos recorrido un camino intenso y fructífero, no sin dificultades, confiando en la ayuda de Dios y contando con la colaboración de muchas personas, grupos e instituciones, que han dedicado y dedican sus esfuerzos a la edificación de la vida diocesana.
En el campo de las necesidades de ámbito más religioso, además de la retribución modesta de los sacerdotes dedicados al ministerio parroquial, nuestra diócesis tiene una necesidad especial: Es nuestro Seminario de Valldoreix. Es una institución fundamental para la diócesis. Puedo decir que considero que son una bendición las vocaciones sacerdotales que tenemos y todo el trabajo en favor de la pastoral vocacional y, en especial, el hecho de poder abrir, en el año 2006, un seminario propio de nuestra diócesis en el antiguo monasterio de las religiosas sanjuanistas.
También he de de decir que nuestra diócesis es una Iglesia que ayuda, como dice la segunda parte del lema de la Jornada de “Germanor”. Deseo subrayar la importancia de la acción caritativa y social, con muchas iniciativas en el pasado y en el presente, contando con la colaboración de muchas personas voluntarias. Sirva como ejemplo el nuevo comedor social que hemos abierto en Sabadell, regentado por las Misioneras de la Caridad, fundadas por la madre Teresa de Calcuta que tienen tanta experiencia en este campo, y con la colaboración de un numeroso grupo de voluntarios.
Finalmente, hemos de decir que también la pastoral familiar y la pastoral juvenil son motivo de acción de gracias. Muestras de ello, en estos dos ámbitos, son el el primer “Aplec Diocesà de Famílies”, celebrado al final del curso pasado, y el trabajo de pastoral juvenil, con un amplio programa de actividades, desde la Escuela de Plegaria en la catedral hasta la preparación intensa y entusiasta del próximo “Aplec de l’Esperit”, que tendrá lugar en Terrassa el 22 de mayo de 2010.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa