Una nueva invitación a la conversión (09/12/2018)

Escudo Episcopal de Obispo de Terrassa Este segundo domingo de Adviento el evangelio presenta un año más la invitación a la conversión que hace Juan Bautista. Haciéndose eco de las palabras de Isaías en el Antiguo Testamento, Juan pide que abramos una ruta al Señor a través de nuestras vidas y de la sociedad, y de esta manera allanarle el camino a fin de que todos, también hoy y aquí, puedan ver la salvación que viene de Dios. Estas palabras del profeta resuenan en el corazón de cada uno de nosotros que desde el bautismo hemos recibido la vocación al apostolado y a la santidad y se nos pide que lleguemos a ser verdaderos misioneros. El nuevo Plan Pastoral Diocesano promulgado recientemente dedica su primer capítulo precisamente a ser discípulos misioneros llamados a la santidad. El papa Francisco, en la exhortación Evangelii gaudium (2013) afirma: “sueño en una opción misionera capaz de transformarlo todo, a fin de que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un camino adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la preservación” (núm. 27). Precisamente este nuevo Plan Pastoral quiere dar respuestas concretas a la realidad que vivimos los cristianos y que necesita ser evangelizada. Para hacerlo, la Palabra de Dios nos invita a la conversión del corazón que empieza en el interior de cada persona. Una conversión que debe ir acompañada de nuestra formación para llegar a ser discípulos misioneros. Con este fin, en este primer curso de aplicación, la acción que trabajaremos es: Ofrecer cursos de formación permanente para laicos y religiosos para el primer anuncio de la fe, sobre temas de actualidad y para asumir tareas de responsabilidad en las comunidades. He encargado a una Comisión diocesana que prepare y ofrezca dichos cursos de formación a fin de que puedan realizarse en las parroquias, arciprestazgos, etc. Esta conversión también afecta al conjunto de la comunidad eclesial, ya que el papa Francisco pide que seamos una casa con las puertas abiertas; este es precisamente el título del capítulo segundo del Plan Pastoral, dedicado a la dimensión celebrativa de la Iglesia. Es una Iglesia que sale al encuentro de cada persona en su realidad concreta, pero también una Iglesia que invita a entrar y a descubrir y experimentar la misericordia y el amor de Dios. El Santo Padre en la ya mencionada exhortación Evangelii gaudium nos dice que “la Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. Uno de los signos concretos de esta apertura es tener templos con las puertas abiertas en todas partes” (núm. 47). Las diversas acciones previstas en este segundo capítulo inciden en las celebraciones eclesiales y en la acogida y acompañamiento de las personas; desde la Eucaristía hasta el resto de sacramentos, prestando una atención especial a su preparación con las personas que se acercan a la Iglesia, y también en la formación específica de los agentes de pastoral que las acogen. La acción propuesta en este ámbito para este curso es: Elaborar un directorio diocesano para la pastoral exequial, teniendo presente que el momento de la muerte tiene una relevancia singular y que el acompañamiento de la comunidad parroquial es significativo puesto que ayuda a mostrar la esperanza en la Resurrección del Señor y da el consuelo de la fe a los familiares. Confío en que con la ayuda de todos y las orientaciones de estos dos primeros capítulos del Plan Pastoral Diocesano continuemos nuestro camino de conversión personal y comunitaria y nos adentremos en la preparación de los caminos del Señor.  

+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa