Bautismo del Señor - 08/01/2023 -

Bautismo del Señor (08/01/23)

 

Con la festividad del Bautismo del Señor que hoy celebramos cerramos el tiempo de Navidad que ha sido ciertamente breve este año. Han sido días de comidas familiares y celebraciones litúrgicas especialmente la solemnidad de la Navidad del Señor y su Octava, San Esteban, la festividad de la Sagrada Familia, la solemnidad de Santa María, Madre de Dios y la solemnidad de la Epifanía del Señor.

Días también llenos de alegría porque recibimos al Señor en nuestro corazón después de la espera gozosa que ha supuesto el Adviento.

 

Hoy escuchamos en el evangelio (Mt 3,13-17) que el Espíritu del Señor descendió, en forma de paloma, sobre Jesús cuando fue bautizado en el Jordán aunque el mismo Juan Bautista se resistía y no quería bautizarlo sino ser bautizado por Jesús.

 

Esta fiesta del Bautismo nos recuerda también nuestro propio bautismo. Jesús es bautizado por Juan en el río Jordán para que nosotros pudiéramos un día recibir el bautismo de Jesús. Y si esa fiesta de hoy es también una Epifanía, una «manifestación» de la divinidad de Jesucristo, nuestra vida de bautizados debe ser también manifestación de la presencia del Señor en nuestras vidas, de que somos hijos suyos. Porque debemos sentir también dirigidas a nosotros las palabras del Padre celestial que nos dice: «Éste es mi Hijo, mi amado, en quien me he complacido» (Mt 3,17).

 

Toda la vida del Señor fue manifestación de su divinidad, de la unción que había recibido del Espíritu Santo, de su amor. Toda nuestra vida debe ser también manifestación del triunfo de la gracia y del amor de Dios sobre la oscuridad y el pecado. Epifanía, Bautismo de Jesús, primer milagro en Caná de Galilea, son tres momentos de especial manifestación en la vida de Jesús. ¿Y yo?, ¿y nosotros, en nuestras vidas, somos realmente manifestación y presencia de Jesús para los demás?

 

Habiendo comenzado el año 2023 con incertidumbres, con nuevos proyectos y también con esperanzas y retos, tras esta celebración volvemos al llamado tiempo durante el año. Volvemos a vivir como cristianos, bautizados, hijos de Dios, en la vida cotidiana. Como se nos anunciaba el día de la Epifanía del Señor: «Todos los días son santos y buenos para quienes están en gracia de Dios». Pedimos hoy al Señor el don de ser presencia suya para los demás, y de reconocerlo en cada persona y acontecimiento y, así, poder vivir siempre días santos y buenos. Que tengáis un 2023 lleno de la gracia del Señor.

 

+ Salvador Cristau i Coll

Obispo de Terrassa