Cuatro conceptos clave en el magisterio de Benedicto XVI

El próximo viernes, 29 de junio, es la fiesta de los Apóstoles Pedro y Pablo, y ese día -o el domingo inmediato- los católicos recordamos y oramos por el Papa, el sucesor de san Pedro como obispo de Roma.

   

            Benedicto XVI estructura su pensamiento en torno a conceptos clave, sobre los que vuelve una y otra vez. Me ha parecido interesante esta selección, centrada en cuatro conceptos, que destaca la corresponsal en Roma del diario católico francés La Croix: amor, Jesús, razón y relativismo.

   

            Amor. Le ha dedicado su primera encíclica, Dios es amor, y su primera exhortación apostólica, dedicada a la Eucaristía, El sacramento del amor. El corazón de la fe es amar. En Dios, agapé i eros se reconcilian, son las dos dimensiones de un mismo movimiento de realización del hombre en Dios. Este amor, nos decía el Papa en su mensaje de la Cuaresma pasada, encuentra su cumplimiento en el Cristo con el corazón traspasado por la espada en la cruz, que "es la revelación más conmovedora del amor de Dios", un amor "en el que se unen el don desinteresado de sí mismo y el deseo apasionado de reciprocidad".

   

            Jesús. "Buscar el rostro de Jesús ha de ser la aspiración de todos los que somos cristianos", explicaba Benedicto XVI el 1 de septiembre de 2006. Jesús de Nazaret será precisamente el título del primer tomo de la obra que ha escrito sobre el Señor siendo ya Papa, que está a punto de ser publicado entre nosotros. Es un libro escrito a título personal, que no compromete la autoridad pontificia ni es un documento de su magisterio, pero no hay duda de que encierra un enorme interés por ser la obra de un maestro en teología y, como él mismo ha dicho, ser el fruto de su "búsqueda personal del rostro del Señor". La figura de Jesús, a la que siempre hay que retornar, ha de ser dibujada a partir de los evangelios, porque -como escribe Joseph Ratzinger en el prólogo- "¿qué sentido podría tener la fe en Jesucristo, en Jesús hijo de Dios viviente, si el hombre Jesús fuese tan diferente del que presentan los evangelistas y la Iglesia anuncia a partir de los Evangelios?"

   

            Razón. "No actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios". Esta afirmación del emperador Manuel II Paleólogo, asumida por el papa en su discurso académico en la Universidad de Ratisbona, durante su viaje a Alemania, tendía a recordar el vínculo necesario entre la religión y la razón. La razón, herencia de la filosofía griega y de la fe bíblica, es el mejor antídoto contra los excesos de la época moderna. Porque, como añadía en la homilía pronunciada en la misma ciudad, "cada hombre, en tanto que criatura racional, participa del Logos, lleva en él el germen y puede acoger las luces de la verdad. Porque la Razón creadora es Bondad, es Amor, tiene un rostro. Dios no nos deja avanzar a tientas".

   

            Relativismo. Para Benedicto XVI es el problema fundamental de la fe en nuestros días. Este relativismo, "no reconociendo nada como definitivo, no deja ninguna otra medida tras de él más que el propio yo con sus deseos, y, bajo la apariencia de libertad, se convierte en una prisión para cada uno. Por lo que se refiere a la fe, se tiende a crear la impresión de que las verdades de la fe dependerían, también ellas, de la situación histórica y de la evaluación humana". El relativismo niega la significación misma de la verdad y la posibilidad de alcanzarla. Y esto constituye una corriente de pensamiento destructora para la fe y para la misma sociedad.

   

       

+Josep Àngel Saiz Meneses

   

Obispo de Terrassa

 

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa