El espíritu de Asís

El 27 de octubre de 1986, Juan Pablo II realizó uno de los gestos más comentados de su pontificado: en la ciudad de san Francisco invitó a los representantes de las grandes religiones para orar por la paz, proponiéndoles "comenzar un camino común". Cada religión fue invitada a hacerlo según su propia tradición y espiritualidad.

            A partir de aquel acontecimiento nació el llamado espíritu de Asís, que ha tenido continuidad y se ha afianzado gracias en especial al compromiso de la Comunidad de Sant'Egidio, fundada en 1968 en Roma por el profesor universitario italiano Andrea Riccardi y que se ha extendido a numerosos países, entre ellos el nuestro. Por ello, se han multiplicado los encuentros en diversas ciudades europeas. En el año 2001 este encuentro interreligioso de oración y reflexión se celebró en Barcelona.

            Se ha escrito que el espíritu de Asís se inscribe en algunas actitudes típicamente franciscanas: humildad, fraternidad, intercesión por la paz, comunión o cohabitación espiritual, confianza para salir al encuentro del otro y establecer con él un diálogo. Y la convicción de estar todos bajo la mirada clemente y misericordiosa del único Absoluto, que precisamente por serlo nos supera a todos.

            Francisco de Asís, además, tuvo la iniciativa de abrir el diálogo con el islam. Es sabido que en el año 1219, durante la quinta Cruzada, Francisco, superando los condicionamientos de su tiempo, cerca de Damieta, en el delta del Nilo, durante una breve tregua en los combates, tomó la decisión de dirigirse acompañado de un sólo compañero religioso a dialogar con el sultán Al Malik Al Kamil, soberano de Egipto y de Siria y nieto de Saladino, el cual lo recibió con todo respeto y lo escuchó y dialogó con él durante varios días. Cuando la tregua tocaba a su fin y Francisco y su compañero tenían que partir, el sultán, que había visto en él a un hombre de Dios, quiso ofrecerle unos obsequios muy generosos. Francisco, sin embargo, los rehusó cortésmente y se volvió al campamento cristiano con las manos vacías, pero acompañado de la numerosa escolta que le quiso poner el sultán, ante la mirada sorprendida tanto de los musulmanes como de los cristianos...

            El pasado 17 de junio Benedicto XVI hizo uno de los gestos más significativos de su pontificado: en una intensa jornada visitó Asís y estuvo en los principales lugares que marcaron la vida y que conservan la memoria del fundador de los franciscanos. La visita papal se inscribió en la conmemoración de los 800 años de la conversión de san Francisco de Asís. Como se recordará, el Papa Juan XXIII, poco antes de que comenzaran los trabajos del Concilio Vaticano II, quiso también realizar una peregrinación personal a Asís, que tuvo en aquel momento una gran resonancia en los medios de información.

            De Francisco de Asís se ha dicho que es un santo para todos los tiempos. Y la razón de esto es que muy pocos como él han logrado ser una imagen del mismo Jesucristo. El Papa teólogo quiso entrar directamente en el mensaje de Asís: "Asís nos dice que la fidelidad a la propia convicción religiosa, la fidelidad sobre todo a Cristo crucificado y resucitado, no se expresa con la violencia y la intolerancia sino con el respeto sincero del otro, con el diálogo, con un anuncio que interpela a la libertad y a la razón, en el compromiso por la paz y la reconciliación". Y del encuentro de su antecesor en Asís, en el año 1986, no dudó en afirmar que "fue una intuición profética y un momento de gracia".

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa

 

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa