La fe y la cohesión de la comunidad cristiana

ESCUDO EPISCOPAL SAIZ

El domingo la comunidad cristiana se reúne para celebrar la Eucaristía. Es muy necesario tomar conciencia de que este es el acto fundamental de la comunidad. Es cierto que es también un precepto, un mandato o norma para los cristianos: el de participar en la misa entera todos los domingos y fiestas de guardar o de precepto. Pero es mucho más.

El domingo, Día del Señor, la comunidad cristiana va al encuentro de su Señor y de su Dios. Escucha su Palabra, profesa su fe, ruega por las necesidades de la comunidad, de la Iglesia y del mundo, celebra el Memorial de la Pascua del Señor y lo recibe en la comunión.

En este comentario desearía destacar un momento que me parece que tiene especial relevancia. Me refiero al momento de la profesión de fe, al final de la Liturgia de la Palabra, cuando el Símbolo de la fe –el Credo- es cantado o rezado. Es un momento en que la  comunidad expresa su cohesión, su creencia en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en las obras de la Trinidad en la historia de la salvación y en la Iglesia, una, santa, católica y apostólica.

La comunidad cristiana se cohesiona en torno a Cristo glorioso, que se hace presente en todos los sacramentos y de una manera muy especial en la celebración de la sagrada Eucaristía. Y antes de entrar en la parte central de la misa, profesamos nuestra fe, es decir, nuestra adhesión a aquello que celebramos y que después, más allá de la celebración, estamos llamados a vivir en las realidades y en las circunstancias de la vida de cada día.

Sobre el momento de la recitación del Credo me impresionó mucho un pensamiento del filósofo Jean Guitton, que fue amigo y consejero de Pablo VI en los años del Concilio Vaticano II. Su libro-entrevista “Conversaciones con Pablo VI” fue un “best-seller”, que hizo mucho bien para dar a conocer al Papa Montini y las intenciones del Concilio. Vean lo que escribió este filósofo cristiano: “Mi fe es más sabia que la del pueblo, más instruida, pero no es más fuerte. No hay dos clases de verdad: una que es primaria y suficiente para la masa, y otra que es sutil, que está reservada a algunos iniciados. Una para el pueblo; otra para las élites. Una para la campesina y otra para el profesor de la Sorbona. Una para el rector del pueblo y otra para el teólogo licenciado”.

¿Qué nos dice esto? Que en la comunidad cristiana nos une a todos la fe; la fe en Cristo y en su palabra; la fe en la Iglesia y en  su magisterio. Cada miembro de la comunidad profesa su fe al lado de su hermano o hermana en la fe. La profesan en comunidad, pero sólo Dios conoce la profundidad, la sinceridad y la autenticidad de la profesión de fe que hace mi vecino o vecina de banco.

Un último consejo realista y humilde: al hacer la profesión de fe hagámosla dando gracias a Dios por poder hacerla con su gracia y demos gracias por todos aquellos hermanos y hermanas cuyas fe podemos presuponer que es más fuerte que la nuestra. Así nos alegraremos de confesar la fe en comunidad, aunque la opción de la fe sea un acto personal de cada miembro de la comunidad.

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa