Nuestro Seminario Menor

      Con el mes de septiembre la vida de las instituciones docentes vuelve a la normalidad, terminado el periodo de vacaciones. Desde hace semanas, deseaba dedicar una de estas comunicaciones dominicales al tema de nuestros Seminarios.

     Una institución docente muy estimada por mí, y decisiva para el futuro de nuestras comunidades cristianas es el Seminario Mayor Diocesano. Que se complementa con el Seminario Menor, recién constituido y que este curso inicia su vida. Estará, como seguramente saben, en el mismo edificio que el Seminario Mayor, en el antiguo convento de las religiosas Sanjuanistas, en Valldoreix. Su rector será el mismo que el del Seminario Mayor Diocesano, el obispo auxiliar de la diócesis, Mons. Salvador Cristau, que desde su ordenación episcopal compagina su ministerio como obispo con la delicada labor de la formación de los futuros sacerdotes. A él y a sus colaboradores les agradezco, en nombre de toda nuestra diócesis, su servicio asegurando pastores según el corazón de Jesucristo a las comunidades cristianas de hoy y del futuro.

     El pasado 29 de junio, en la fiesta de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, nuestro Seminario Mayor de San Juan Bautista cumplió cinco años de vida. En el mundo del espíritu, sólo Dios conoce los frutos de las fatigas destinadas al servicio de la Iglesia. Pero, si podemos dar una cifra indicativa, ésta sería los 17 sacerdotes diocesanos ordenados desde el año 2005 hasta el 2010 y que están prestando un buen servicio a nuestras comunidades.

      Ahora comienza su primer curso nuestro Seminario Menor. Los seminaristas harán vida de comunidad en la casa de Valldoreix, realizarán los estudios propios de su edad en el colegio diocesano Mare de Déu de la Salut y los fines de semana mantendrán el contacto con sus familias y con sus parroquias o movimientos cristianos.

     Como demuestra una larga experiencia, la vocación sacerdotal tiene, con frecuencia, un primer momento de manifestación en los años de la preadolescencia o en los primeros años de la juventud. E incluso en quienes deciden su ingreso en el Seminario más adelante, no es raro constatar la presencia de la llamada de Dios en períodos muy anteriores. Cabe mencionar, en este sentido, la experiencia de muchos de los sacerdotes actuales, que sentimos la llamada al sacerdocio ministerial en los años de la adolescencia o de la juventud.

     Con nuestro Seminario Menor no pretendemos otra cosa que hacer realidad en nuestra diócesis lo que afirmó Juan Pablo II en la exhortación apostólica Pastores dabo vobis, del 25 de marzo de 1992, con la que proponía a toda la Iglesia las conclusiones del Sínodo de los Obispos de 1990, dedicado a la vida y al ministerio de los sacerdotes. “La Iglesia –afirmaba el Papa-, con la institución de los Seminarios menores, toma bajo su especial cuidado, discerniendo y acompañando los brotes de vocación sembrados en los corazones de los muchachos. En varias partes del mundo estos Seminarios continúan desarrollando una preciosa labor educativa, dirigida a custodiar y desarrollar los brotes de vocación sacerdotal, para que los alumnos la puedan reconocer más fácilmente y se hagan más capaces de corresponder a ella” (n. 63).   A toda la diócesis confío la vitalidad de nuestros dos Seminarios. 

     + Josep Àngel Saiz Meneses

     Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa