RECUERDOS DE COLONIA (1): DEL VIENTO IMPETUOSO A LA BRISA SUAVE

Del 15 al 21 de agosto tuvo lugar la XX Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Colonia. S.S. Juan Pablo II inició estos encuentros mundiales de juventud, y preparó el de este verano en Colonia. Benedicto XVI, en su primer viaje fuera de Italia, ha culminado la tarea y ha superado con nota la prueba de fuego que suponía su primera JMJ, su primer encuentro multitudinario con jóvenes provenientes de los cinco continentes.

La respuesta ha desbordado todas las previsiones de la organización y ha disipado no pocas dudas. Más de un millón de jóvenes de todo el mundo, unos cincuenta mil provenientes de España. Más cardenales, obispos y sacerdotes que en ninguna JMJ anterior. Los jóvenes se adhieren, siguen, escuchan y aman a Benedicto XVI. En varias entrevistas se me planteó el interrogante de si los jóvenes, acostumbrados a Juan Pablo II y a su carisma, podrían conectar con el nuevo Papa o tal vez se produciría un desencanto y un retroceso. En una de las ocasiones respondí sobre la marcha de esta manera: "Si me permiten una imagen, diría que Juan Pablo II era como un viento impetuoso y Benedicto XVI se asemeja más a una brisa suave. Son personalidades muy distintas humanamente consideradas. Ahora bien, los jóvenes que admiraban, conectaban y amaban a Juan Pablo II, ahora admiran, conectan y aman a Benedicto XVI. Porque lo que importa para ellos no es tanto la persona concreta, sino lo que representa, su misión y función como principio de comunión en la Iglesia, como sucesor de Pedro y pastor supremo de la Iglesia. Y así hemos podido comprobar que los jóvenes son más profundos y maduros en la fe de lo que se piensa a veces, y que nos dan ejemplo de sentido eclesial." Ha pasado ya más de un mes y, tras muchas conversaciones personales y también diferentes valoraciones y evaluaciones, la última en la Asamblea General de Pastoral de Juventud que hemos tenido del 8 al 11 de septiembre en El Escorial, me permito compartir algunas reflexiones.

En primer lugar, quiero destacar la continuidad del proyecto. El Santo Padre anunció el domingo 21 de agosto que la próxima JMJ tendrá lugar en Sydney (Australia) el año 2008. Lo que se pretende en estas Jornadas es propiciar en los jóvenes un encuentro con Cristo, un encuentro personal profundo con el Señor que cambie la vida del joven, que la llene de sentido y plenitud; un encuentro con los demás, con la Iglesia, y un encuentro consigo mismo. Continúa vigente la necesidad, la búsqueda de sentido, y continúa vigente asimismo la respuesta. En consecuencia, se mantiene el proyecto y de momento se mantiene el formato en líneas generales.

Este proyecto consiste en hacer de los jóvenes constructores de paz, testigos de Cristo resucitado, capaces de dejarse transformar y de transformar a su vez el mundo con la fuerza del Espíritu Santo. Este horizonte de fondo se ha percibido con claridad en diversos momentos del discurso papal en Colonia. Exhortaba a los jóvenes a convertirse en personas abiertas a la verdad y al bien, al perdón y a la misericordia. Remarcaba en la Vigilia de Oración que la verdadera revolución, el cambio decisivo del mundo sólo proviene de Dios y se vehicula a través de los santos, que la revolución verdadera consiste en mirar a Dios, medida de lo que es justo y amor eterno, el Único que puede salvarnos.

La homilía de la Misa de clausura finalizaba con una llamada directa al corazón de los jóvenes. "Yo sé que vosotros como jóvenes aspiráis a cosas grandes, que queréis comprometeros por un mundo mejor. Demostrádselo a los hombres, demostrádselo al mundo, que espera exactamente este testimonio de los discípulos de Jesucristo y que, sobre todo mediante vuestro amor, podrá descubrir la estrella que como creyentes seguimos."

+Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa