
La Jornada de la Iglesia Diocesana este año se celebra el 16 de noviembre. Entre nosotros se le ha dado, con notable acierto, el nombre de Día de Germanor; es decir, de Fraternidad. ¡Qué bella palabra es la fraternidad! En años anteriores os he hablado, en esta fecha, de las necesidades materiales y económicas de la Iglesia, de nuestra diócesis. Pensemos que es ésta la única ocasión en todo el año que pedimos por nuestra Iglesia diocesana. Y todos comprenderéis que una diócesis como la nuestra, en las actuales circunstancias de crisis económica –con muchas personas en paro- tiene unas necesidades crecientes.
Puedo deciros que este año me ha gustado mucho el lema escogido para esta jornada: “Participar en tu parroquia es hacer una declaración de principios”. Desde luego, si te acercas a tu parroquia haces, de hecho, una declaración de principios. Y no sólo de principios, sino también una declaración práctica, una decisión operativa.
Un grupo de laicos escribió un artículo reciente en la prensa dedicado a la parroquia. Su lectura me invitó a pensar que hablamos poco de la parroquia, cuando la parroquia es fundamental para la acción de la Iglesia, y en concreto de nuestra Iglesia diocesana de Terrassa. La parroquia es la Iglesia cercana; es aquel espacio –incluso físico, el edificio visible- en el que la diócesis se hace próxima a las personas.
Por eso es deseable que las personas se acerquen a su parroquia, tanto si son niños, jóvenes, personas maduras o ancianos. La vida de la parroquia es la presencia sacramental de Cristo en ella. La parroquia ha de tener un aire de hogar, no de mera oficina de servicios o de trámites. La parroquia es un hogar cuyo clima lo construyen no sólo el sacerdote o diácono que está a su servicio, sino todos, la entera comunidad. ¡Cuántas mujeres de toda edad ayudan a crear en la parroquia un clima de hogar, de familia!
Querido lector u oyente: es muy posible que tú necesites la parroquia. No dudes en ir a ella. El papa Francisco, a los jóvenes de la última Jornada Mundial de Río de Janeiro les lanzó una frase que dio mucho que hablar: “¡Quiero lío!”. ¿Qué quería decirles a los jóvenes? Pues esto: que quiere vida en las parroquias, en las diócesis, en la Iglesia. No significa su frase que quiera disensiones o peleas, o discordias, sino que quiere actividad, vida, aunque a veces –precisamente porque hay vida- no falten circunstancias que provocan disgustos y ocasiones de perdonarse o reconciliarse, según aquella tríada de actitudes que Francisco –buen pedagogo- resume en tres palabras italianas: permesso, grazie, scusi ( o sea: “permiso, gracias, perdón”).
Termino diciendo que también es muy posible que tu parroquia te necesite. La parroquia necesita tu ayuda y tu compromiso que se puede realizar de muchas maneras. También en forma de ayuda económica. Ya sé que no es la única, ni la principal. Pero en el Día de la Iglesia diocesana, o de Germanor, creo que también hemos de recordar esto.
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa
+ Josep Àngel Saiz Meneses
Obispo de Terrassa