Una ayuda para el bien de la diócesis

     El pasado día 18 de mayo se anunció una muy buena noticia para nuestra diócesis: el nombramiento de un obispo auxiliar en la persona de nuestro querido mossèn Salvador Cristal i Coll, vicario general de la diócesis y rector de nuestro Seminario Diocesano. Nuestro obispo auxiliar será ordenado, como ya sabéis, el próximo sábado 26 de junio, en la catedral de Terrassa. Desde este escrito semanal invito a todos los diocesanos que puedan asistir a este acto, uniéndose espiritualmente a la plegaria para que Dios bendiga el ministerio del nuevo obispo auxiliar.

     Quisiera remarcar que la finalidad de este nombramiento es el bien de nuestra joven diócesis, la cual ya tuvo la alegría de que uno de sus presbíteros, que era muy próximo y eficaz colaborador mío como vicario general, fuera nombrado obispo de Girona. Cuando el Concilio Vaticano II habla de la figura del obispo auxiliar es muy significativo que remarca que este nombramiento se ha de hacer pensando y buscando el bien de la comunidad diocesana. Merece la pena recordar las palabras textuales del decreto del Vaticano II sobre los obispos. Dice así: “En el gobierno de las diócesis, se ha de proveer de tal manera a la función pastoral de los obispos de tal modo que el bien del rebaño del Señor sea siempre la razón suprema. Para lograrlo mejor, muchas veces será necesario constituir obispos auxiliares, ya que el obispo diocesano, sea por la considerable extensión de la diócesis o por el número excesivo de habitantes, o bien por circunstancias particulares del apostolado u otras causas diferentes, no puede cumplir personalmente todos los deberes de la función episcopal tal como exige el bien de las almas” (CD 25).

     El bien de las almas. Ésta es –y ha de ser siempre en la práctica- la razón y el móvil de las decisiones eclesiales en los nombramientos. Hay una sentencia eclesiástica que lo dice con gran claridad: “Salus animarum suprema lex”: que el bien de las almas sea la ley suprema. Puedo afirmar que éste ha sido el motivo del nombramiento de nuestro querido obispo auxiliar. Agradezco al Santo Padre su bondad y su comprensión de nuestras necesidades pastorales ya que nos concede esta ayuda para el bien de toda nuestra diócesis.

     Una ayuda ante todo para mí como obispo, especialmente en funciones tan propias de un obispo como son la realización de la visita pastoral –tan necesaria para el bien de las comunidades cristianas- y la atención a los sacerdotes, en especial a aquellos que se inician en el ministerio.

     Pero es también una ayuda para toda la diócesis, que es extensa y muy densamente poblada, con la necesidad de una presencia episcopal, que los fieles reclaman con toda razón, y que todavía se hace más necesaria al tratarse de un obispado joven en el que son de prever muchas necesidades y tendremos que consolidar muchos aspectos de la vida cristiana.

     Además, a parte de nuestras necesidades diocesanas, hemos de mencionar la colaboración interdiocesana, un aspecto que no podemos descuidar. Por ello, estoy seguro de que este nombramiento también nos ayudará en el trabajo pastoral de conjunto tanto en la provincia eclesiástica de Barcelona como en el conjunto de las diócesis catalanas y del resto del Estado, dado que los obispos auxiliares son miembros de pleno derecho de las conferencias episcopales.

     Con estos propósitos, dispongámonos a vivir la ordenación de Mons. Salvador Cristal como un hecho que es un signo expresivo de la bondad del Señor hacia su Iglesia.

     + Josep Àngel Saiz Meneses

     Obispo de Terrassa

+ Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa