Una notícia de última hora - 17/04/2022 -

Una notícia de última hora (17/04/22)

 

Es el evangelista Juan quien nos transmite la noticia. Maria Magdalena, la más temprana, ha ido al sepulcro y se ha encontrado quitada la losa. El sepulcro estaba vacío, y entonces ha ido corriendo a encontrar a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel que Jesús amaba y les ha dicho: se han llevado al Señor fuera del sepulcro y no sabemos dónde lo han puesto.

 

Y un segundo hecho, la visita temprana de Pedro y Juan, avisados ​​por las palabras de Maria Magdalena. Salieron corriendo y naturalmente llegó antes Juan, pero esperó a que Pedro llegara y entrara. Pedro vio el sepulcro vacío y también las vendas por el suelo y el sudario cuidadosamente plegado y puesto aparte. Juan vio lo mismo. “Vio y creyó”, dice el Evangelio. Vio la tumba vacía y las vendas y el sudario aparte, y creyó que Jesús había resucitado. Y creyeron en las Escrituras y en las palabras de Jesús, que había anunciado su muerte y su resurrección (Jn 20,1-10).

 

El evangelio es la Buena Nueva de la resurrección de Jesús. Más que un hecho, es un acontecimiento que cambia la vida de las personas y el mundo entero. Si Cristo ha resucitado, también nosotros resucitaremos. Por eso es una buena noticia, la mejor para los seres mortales. En el evangelio se anuncia lo imposible, sí, pero también lo irrenunciable, la resurrección, la vida después de la vida, el triunfo sobre la muerte. Morir ya no es morir, es sólo un paso, el tránsito hacia la vida perdurable y feliz. Así lo entendieron los apóstoles. No entendieron sólo que Jesús pasaría a la historia de los inmortales, entendieron que Jesús estaba vivo, y comprendieron que su promesa de vida eterna era una promesa que les afectaba a ellos también y que se cumpliría a pesar de todo.

 

Y así lo proclamaron a los cuatro vientos, poniendo énfasis en su experiencia: "nosotros somos testigos", lo hemos visto todo. Hemos vivido con él, hemos asistido atónitos a su muerte y, cuando todo parecía terminado, ahora la tumba está vacía y el muerto ha resucitado. Y nosotros con él.

 

Evangelizar es siempre esto, anunciar la Buena Nueva, proclamar la resurrección del Señor, anunciar a todo el mundo que la muerte ha sido vencida. Jesús ha derribado una vez por todas el muro de la desesperación humana. Ya hay camino hacia una nueva humanidad, porque lo imposible ya es posible por la gracia y con la gracia de Dios. ¿Lo creemos?

 

Creer en la resurrección de Jesús no es sólo tener por cierta su resurrección, sino resucitar con Él, como nos dice San Pablo. Creer es hacer nuestra la propia experiencia de Jesús. Es ponernos en su camino sin dar marcha atrás. Jesús entendió su tomar la cruz como servicio y entrega por todos, dando su vida hasta la muerte. Quien ama y va entregando su vida con amor, la va ganando, porque en "esto hemos conocido que hemos pasado de la muerte a la vida, en que amamos a los hermanos".

 

Creer es ser testigos de la resurrección. Creer es resucitar, vencer ya el miedo y la desesperanza en esta vida. La fe en la resurrección de Jesús es la única fuerza capaz de hacer presente el triunfo de Jesús sobre la muerte y sus cómplices: el hambre, las enfermedades y las catástrofes, la violencia y la explotación, las injusticias, la guerra. Creer en la resurrección es sublevarse contra este dominio de muerte. Es vencer a la muerte. Sólo trabajando aquí para la vida puede resultar creíble la fe en una vida eterna y feliz.

 

¡Santa Pascua de Resurrección!

+ Salvador Cristau i Coll

Obispo de Terrassa