Homilía de Mons.. Josep Àngel Saiz Meneses en la ordenación sacerdotal de los sacerdotes S. González, J. Marquínez, C. Matilla y S. Torregrossa.

(Traducido por el traductor de google)

Saludos

Estimados sr. Obispo Auxiliar; Secretario General y Canciller, sacerdotes, religiosos y diáconos de nuestra diócesis de Terrassa y de las diócesis hermanas;
cari amici venuti di Roma y de Otros Lugares del orbe católico; dignísimas autoridades presentes; queridos sacerdotes Sergi, Javier, Carlos y Silvio y familiares presentes; queridos seminaristas, queridos todos, hermanas y hermanos que participáis en esta celebración.

1. "Como el Padre me ha enviado, también yo os envío a vosotros" (Jn 20, 21)
 

El fragmento del Evangelio que hemos escuchado nos presenta los discípulos en una situación de miedo, con las puertas cerradas, como desamparados en medio de un ambiente hostil. Jesús se hace presente en medio de ellos y les saluda con el don de la paz. "Paz a vosotros". Se presenta ante ellos como seguridad, como fortaleza, como fuente de vida. Después, les muestra las manos y el costado, que son los signos de su amor y de su victoria. Las manos representan la fuerza de Jesús, la seguridad para los discípulos que el Padre le ha confiado. El lado abierto por la lanza del soldado es el signo de su amor sin límites.

En este contexto les encomienda una misión: deberán continuar su obra, serán sus testigos ante el mundo. Su actividad, como la de Jesús, será la manifestación del amor de Dios Padre. Como el Padre le había enviado a él, él envía ahora a los apóstoles. Por eso los había elegido, para enviarlos a predicar ya dar un fruto abundante y perdurable. Y dándoles el Espíritu Santo los capacita para el cumplimiento de esta misión. Ellos tendrán que continuar la obra de Jesús. Por el Espíritu, serán testigos ante el mundo, manifestando el amor de Dios y llevando a cabo esta misión con la actitud básica del Maestro: amor y servicio, entrega total hasta dar la vida. También los constituye ministros de la misericordia: "A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se les retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23).

Este envío tiene una dimensión universal y también la seguridad que recibirán la fuerza y los medios para desarrollar su misión. El fundamento de esta certeza es la presencia y el poder del Espíritu, y la presencia de Cristo resucitado en medio de ellos todos los días hasta el fin del mundo. «Como el Padre me ha enviado, también yo os envío a vosotros» (Jn 20, 21). La finalidad última de la misión será que los discípulos participen de la comunión que hay entre el Padre y el Hijo y de esta manera el mundo llegue al conocimiento de la verdad ya la fe. Y para ser creíbles en la misión es condición indispensable vivir la unidad con Dios y con los hermanos.

2. De la misión de Cristo en la misión de la Iglesia

La misión de la Iglesia está en continuidad con la misión de Cristo de proclamar y hacer presente el Reino de Dios. La Iglesia debe caminar por el mismo camino que Cristo siguió, es decir, por el camino de la fidelidad a la voluntad del Padre y de un entrega sin límites. Esta misión se realiza mediante las tres funciones de Cristo, que él transmite la Iglesia: su profetismo, su sacerdocio y su realeza, o lo que es lo mismo, la predicación de la palabra, la celebración de los misterios y el servicio a la comunidad.

La Iglesia es un pueblo profético, un pueblo sacerdotal y un pueblo servidor. Por el bautismo todos sus miembros participan de la misión de Cristo. Todos sus miembros reciben la misión de ser testigos y profetas, de ofrecer sacrificios espirituales, de ser servidores. Por otra parte, como recordamos cada año en la Misa Crismal, el Señor escoge unos hombres que por la imposición de las manos participan de su ministerio sagrado, renuevan su sacrificio redentor, alimentan el pueblo con la palabra y los sacramentos, y el guían con solicitud y amor.

Queridos Carlos, Silvio, Javier y Sergio, la primera lectura que Hemos escuchado nos recordaba la Misión que recibe el profeta Isaías: se enviado para quitar un mensaje de buena nueva, de curación, de libertad, de esperanza y de gracia. Es un anuncio del Mesías, una Misión que recibira plenitud de significación en Jesús, que en la sinagoga de Nazaret se aplicará a sí mismo "estás palabras diciendo:« Esta Escritura se ha Cumplido hoy »(Lc 4, 21). El ha sdo enviado «a proclamar el año de misericordia del Señor» (Is 61, 2). Dentro de UNOS instantes, por la Ordenación sacerdotal que recibireis, seré llamados y enviados a proclamar el amor misericordioso de Dios con la palabra, con el testimonio de una vida entregada, con la celebración de los Sacramentos.

Serés ante todo ", ministros de la Palabra de Dios, ungidos y enviados para anunciar la Buena Nueva. Por ESO deberia ser Los primeros en familiarizaros con la Palabra de tal manera que engendro en vosotros un corazón nuevo y una nueva mentalidad. El Sacerdote debe ser oyente y servidor de la Palabra, en definitiva, transparencia de Cristo, Palabra eterna del Padre que nos ha revelación apo amor y nos ha DADO apo vida. Tenedi presente que la transmision de la Palabra a pequeña conllevar también un Componente de cruz para el profeta debido a las dificultades ya las incomprensiones. En todo "momento el Señor será Vuestra Fuerza y consuelo.

En la celebración de los Sacramentos hareis partícipes a las personas del amor de Dios y de apoyo gracia salvadora. En particular, la celebración de la Eucaristía debe ser el centro, la Raíz, el Sentido principal Vuestra vida sacerdotal. La caridad pastoral fluir fundamentalmente del sacrificio eucarístico, de la identificación con Jesucristo que se entrega por la salvación de todos. En la celebración de la Eucaristía recibireis la Fuerza para vivir las actitudes del Buen Pastor que da la vida por las Ovejas. UNIDOS a Jesús, ofreceréis vuestras esperanzas, vuestros minusválids, y también los sufrimientos y las alegrías, en definitiva, toda Vuestra vida.

El Sacerdote desarrolla apo ministerio de conducir la comunidad Haciendo presente a Jesucristo, Buen Pastor, en comunión con los mismos SENTIMIENTOS y Actitudes de quien "no vino a ser servidora, sino a servir y dar apo vida para la redención del mundo". La comunión profunda con la caridad pastoral del Señor deberia ser principio y Fuerza de Vuestra ministerio animada, discerniendo y coordinando los diferentes carismas, acogiendo especialmente a los más pobres y necesitados.

3. Un tesoro en vasijas de barro

San Pablo nos ha recordada que "este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una Fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros".

El Pasado 11 de junio tuvo ligar la clausura del Año Sacerdotal que el Santo Padre Benedicto XVI habia declaración para toda la Iglesia. En la homilía destacaba cómo a lo Largo de este año Hemos podido profundizar y comprender de nuevo la grandeza y la belleza del ministerio sacerdotal. Inefable es la grandeza y la belleza de este ministerio en virtud del cual pronunciando sobre el pan y el vino las palabras de Cristo, se Hace presente Él mismo "; y pronunciando en el cas la palabra de Absolución de los pecados, cambia la situación de la vida de las personas. Para estar presente en medio La de los hombres, Dios se vale de personas Frágiles, cargadas de limitaciones, que quitanieves el don del sacerdocio en vasijas de barro.

El Señor, a pesar de Nuestras debilidades, confía en nosotros y nos considera capaces de actuar en el cas, y nos capacita para hacerlo. Esa confianza ha de despertar un sentimiento de honda gratitud y el deseo de vivir en verdad y en humildad. La humildad NACE del Sentido de Dios, de la conciencia plena de apoyo realidad. Esta conciencia Sólo se púede adquirir a través de la relación personal con El, de una intensa vida de oración. En el encuentro con Dios se experimenta la propia pequeñez, la propia nada, aúnque la persona puedo estar adornada de no poca virtudes y cualidades. En la presencia de Dios el ser humano se Siente pecador ya la Vez experimenta la confianza plena en El, en apo amor, en apo gracia. De ahí que las personas más santas Sean las más humilde.

El edificio de la vida espiritual Tiene apo cimienta en la humildad. Todo progreso espiritual se gracia de Dios y Dios RESISTE a los soberbios y da apo gracia a los humilde. Así nos lo enseña también santo Tomás de Aquino: "La humildad, en cuantía quita los obstáculos para la virtud, ocupa el primer puesto: ella expulsa la soberbia, a la que Dios RESISTE, y Hace al hombre someterse al influjo de la gracia divina . Y desde este punto de vista, la humildad Tiene razón de fundamento del edificio espiritual "(S. Th. II-II, 1.161,6). Por eso, cualquiér Movimiento interior de soberbia o Vanidad se impensable en un Sacerdote Porque este tesoro del ministerio sacerdotal no se debeis a uno mismo "o los COMUNICACIÓN própios. Se puro don de Dios.

La unión con Dios nos Hace realistas y humilde y nos Ayuda a caminar en verdad. En la Exhortación Post sinodal Verbum Domini, que fué presentada el Pasado judías, el Santo Padre Recuerda que la llamada al sacerdocio REQUIERE una consagración "en la verdad». Jesús rogar al Padre que santifique a los discípulos en la verdad. Los discípulos son en CIERTO Sentido «sumergidos en lo íntimo de Dios Incorrectos apo inmersiones en la Palabra de Dios (...). Y, puesto que Cristo mismo "es la Palabra de Dios Hecha carne, y se« la Verdad », la oración de Jesús al Padre pidiendo que los santifique en la verdad, Quiere Decir en el Sentido más profundo que los Haga una sola cosa con El . Es de gran importancia vivir profundamente la conciencia de esta realidad "(cf. VD n. 80).

Final

Estimados Silvio, Javier, Carlos y Sergi: No has las redes de los posibles proyectos familiares, profesionales y humanos para seguir la llamada del Señor. Como hicieron Pedro y Juan, y Santiago y Andrés y tantos otros que nos han precedido. Estás enviados a comunicar la alegre noticia de que Dios es Padre, que nos ama, que nos ha enviado el Hijo para salvarnos, que nos llama a vivir como una familia en la Iglesia, que por el Espíritu Santo nos vivifica. Que nuestro Señor Jesucristo es el centro de la humanidad y de cada persona y que desde la unión con él y los hermanos estamos llamados a transformar la historia humana.

Hacemos este camino alegres porque Dios está tan cerca de nosotros, en medio de su Iglesia. Que esta ordenación de cuatro nuevos sacerdotes manifieste ante el mundo que el Señor sigue llamando a muchos jóvenes por este camino y que espera su respuesta generosa. Que la Virgen de la Salud nos acompañe en este camino y nos ayude a vivir como Iglesia que camina con fe, caridad y esperanza como nos recuerda el lema de la Campaña de Hermandad que hoy tiene lugar en nuestras Iglesias. Que así sea.